Sant Jordi huele a rosas, libros y a primavera.
Es uno de los días más bonitos para los catalanes, llega el buen tiempo, la gente sale al exterior y las calles están preciosas.
Todos los residentes que han podido, han salido a pasear en este día acompañados por sus familiares o amigos.
Los que se quedaron en el centro, pudieron trabajar su lado más artístico pintando rosas, dragones, princesas y caballeros.